Es tu voz que resuena en mi cabeza,
en mi silencio,
que creo escuchar,
en todo momento.
En todo este tiempo,
en el que la distancia,
no hará que olvide jamás,
el oír de tus palabras al hablar,
el movimiento de tu pecho al respirar,
que tranquilizaba cada una de mis ansiedades, al abrazarte,
al besar tu carita de ángel,
tan dulce, tan tierna, tan suave...
al oler tu cuello con tu aroma a bebé,
tan agradable...
Que no lo he olvidado,
aunque la vida nos haya separado.
Sé que no puedo retener las sensaciones
de lo abstracto que me produces,
pero añoro tanto el tocarlo
con mi amor,
que cada kilómetro es un llanto ahogado
cada vez que me acerco
y vuelvo a tener que alejarme
de tu lado...
Unas horas no sacian mi deseo,
en las que no puedo recuperar
tu mejores besos al despertar,
porque ni si quiera puedo dormir
una noche entera contigo,
Y vuelvo a tener miedo,
Vuelvo a sentir que el tiempo,
Avanza como quiere
Y tan despacio que,
Perderé lo más bonito de tu niñez.
Y me duele...
Duele pensar que puedas acostumbrarte
A vivir sin mi cariño,
Ese que no puedo darte a diario,
Que se acumulará para recordarte,
Que te quiero hasta matarme,
Si no te tengo.
Ya nada más me duele,
Sólo me dueles tú.
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