ha sido tan real como pellizcarme en el brazo
y pegar un sobresalto acompañado de un grito de dolor
que ha desconcertado a mi mente,
que si, deseaba que se tratase de eso,
de un sueño...
como otros tantos que se quedan bajo las sábanas de la cama,
donde pudiste estar la noche anterior peleándote por mi almohada
o por todas...
robándome sonrisas que de golpe has querido llevarte contigo.
No sé si te quería,
pero mi propósito era querer hacerlo queriendo...
y no se me acaba la vida
y no sé si dejar la puerta entornada,
por si quieres abrir la tuya,
aunque me la hayas cerrado en las narices por...
por no haber sabido girar la llave,
hacia la aventura del nosotros,
y no dejar hablar a quién quiere transmitir,
solo porque le estás echando el candado,
encerrándolo en la cárcel de tu cuerpo,
y que yo he querido liberar,
apartando mi miedo al no,
pero es que ya llevo tantos que,
supongo que soy yo la que tengo que cambiar de puerta,
de cerradura y de llave,
para darle una a quién si quiera abrirla,
aunque expectante siempre espere que seas tú quien la cruce,
sabiendo que jamás pasará,
porque tu llave ya no podría entrar.
No sé si probando otros labios,
te borrarás de ellos,
o si tocando otro cuerpo seguiré pensando que es el tuyo,
la verdad es que no quiero tampoco comprobarlo,
pero cerrando tu puerta,
igual se abre mi ventana.
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